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El artista madrileño que hace cuadros con cannabis

  • Foto del escritor: yerbabuena.life
    yerbabuena.life
  • 11 feb 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 16 feb 2020

Nota e imágenes por Ana Iris Simón para vice.com





Setenta gramos de hachís y 170 de marihuana. No son cifras de una incautación policial, es el material que empleó el madrileño Sea 162 para su último cuadro. Desde que empezó en el grafiti en el año 98, Sea162 se ha interesado por la naturaleza, por plasmarla y por integrarla en su obra y en sus diseños. "Soy una persona muy rústica", dice.

"Cuando empecé en el grafiti me encantaba pintar trenes, estar en la ciudad, pero poco a poco me fui dando cuenta de que el ámbito rural me daba otras cosas. En la ciudad tenía una oferta cultural más grande, más comodidades, más acceso a ciertas personas... pero quizá no era lo que más feliz me hacía", cuenta.


"Años después y gracias a Mr. Brown, amigo y mecenas, Sea 162 pudo incorporar la naturaleza a su obra: empezó a crear cuadros con derivados del cannabis: hachís, polen, hierba, BHO... "Para mí no son solo drogas, son elementos naturales, es una planta sagrada que puede usarse como a uno le venga en gana, con fines terapéuticos, lúdicos o para hacer arte", reflexiona Sea162, que hasta donde sabe Google es el primer artista que emplea la hierba y sus derivados con fines artísticos. Y no: sus obras no se pueden fumar.

Todo surge por una persona llamada Mr. Brown —sí, por el de Reservoir Dogs—, que tenía una asociación canábica y me planteó hacer una obra para decorar uno de sus locales. Yo andaba buscando nuevas vías de expresión, así que me ocurrió: ¿Por qué no hacemos una obra con porros?. Él, que tenía un montón de material de cannabis, marihuana, BHO, polen, hachís y mil cosas más, me dijo que claro, que por supuesto. A partir de ahí empezamos a probar."





Las obras son de gran formato así que supongo que su precio no es precisamente asequible.

"Es un poco complejo darle precio a este tipo de obras. De hecho, no me gusta relacionarlas con el dinero, sino con el significado y la labor que hay detrás de emplear una planta sagrada como es la marihuana en una obra. Al final tiene un valor monetario porque te dicen que lo tiene, pero no deja de ser una planta, una planta que crece salvaje, que necesita solo agua y luz.

He hecho tres obras con cannabis y, para que te hagas una idea, en la primera solo el material podía costar unos mil y pico euros. Para la segunda empleé hachís y aceite que me regalaron en un viaje a Marruecos, y para la última utilicé 70 gramos de hachís, 70 de marihuana en bruto y 100 gramos de marihuana para hacer el aceite.





Supongo que habrás tenido que transportar las obras desde tu taller hasta otros lugares. ¿Qué hay del marco legal, qué ocurriría si te pilla la policía con una de estas obras?

"Mis cuadros no son droga, son cuadros hechos con plantitas y sus extractos con un fin expresivo, no de consumo ni de apología a ello. Las obras han sido realizadas en espacios en los que es legal tener esas sustancias porque en una propiedad privada puedes tener tu material de consumo y puedes hacer con él lo que quieras mientras que no lo distribuyas. Estas obras reflexionan sobre la prohibición que hay sobre esta planta, su uso y su consumo, por eso he querido usarla de una manera diferente al que siempre se le ha dado, ya que no se pueden consumir.

Detrás de ellos está esa reivindicación. Que son plantas, elementos naturales. La idea es que la gente reflexione sobre por qué nos tienen que imponer que no podemos usar ciertas plantas, como elementos naturales que son, de la manera en la que nosotros queramos: con fines medicinales, con fines lúdicos, pero también artísticos. Si yo quiero emplear un elemento natural para hacer arte, ¿por qué tengo que estar rindiendo cuentas a nadie por estar poniendo porritos sobre un cristal?".


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